El sueño de un equipo que no dejó de luchar, y de una ciudad que nunca dejó de creer. Alcobendas se mete en la Fase Final de la Copa del Rey por primera vez en su historia
El Pabellón de los Sueños de Alcobendas vibraba con la intensidad de una noche única. La hinchada local, como siempre, estuvo con el equipo desde el minuto uno, empujando cada ataque, cada defensa, como si no hubiera mañana. Frente a ellos, el Viveros Herol Nava, un equipo de Asobal con experiencia y jugadores de calidad, parecía tener todas las papeletas para salir victorioso. Pero Alcobendas no entendió de fórmulas matemáticas. En un partido de emoción a raudales, el equipo local hizo historia al ganar 39-37 en prórroga, y meterse por primera vez en la Fase Final de la Copa del Rey.
Desde el inicio, el Alcobendas mostró el corazón que lo caracteriza, luchando cada balón como si fuera el último. Aunque el comienzo fue algo irregular, con el paso de los minutos, la escuadra dirigida por Javi Suárez empezó a encontrar su ritmo, y la defensa se fue asentando. Sin embargo, el Nava, con su experiencia y calidad en el campo, no dio tregua. Se fue al descanso con ventaja, y en el segundo tiempo, llegó a poner la diferencia a cuatro goles. Ahí, parecía que el sueño de Alcobendas podría desvanecerse, pero lo que siguió fue pura magia.
El gran protagonista de la remontada fue Ramón Fuentes, el guardameta sevillano que se puso el traje de héroe y dejó a todos boquiabiertos con sus intervenciones. En los momentos más críticos del partido, con el reloj casi agotado, Fuentes metió dos paradas decisivas, cuando todo parecía perdido, lo que permitió al equipo llegar vivo a la prórroga. Su actuación fue tan clave que los aficionados le cantaron su nombre durante varios minutos, consciente de que había mantenido el barco a flote en un momento de máxima tensión.

Con el pitido que anunciaba los cinco minutos extra, el Alcobendas, como no podía ser de otra forma, no dejó de luchar. La grada estaba enloquecida, cada ataque era como una ola de energía que se extendía por cada rincón del pabellón. En la prórroga, el equipo jugó con cabeza fría, sin perder el rumbo y aprovechando cada espacio que dejaba el rival. Las exclusiones y las tarjetas rojas se hicieron presentes, pero el Alcobendas nunca perdió la compostura. Al final, el pitido que anunciaba el final de la prórroga fue el que destapó la locura: Alcobendas había conseguido lo imposible. Con un 39-37, el sueño se había hecho realidad.
«Hoy hemos demostrado lo que somos: un equipo humilde, que sabe lo que cuesta llegar hasta aquí, pero con una afición que nos lleva en volandas. Esto es solo el principio, y estamos muy orgullosos de haber representado a nuestra ciudad en este pedazo de evento», declaró un emocionado Javi Suárez, el técnico del equipo, justo después de la victoria.
La celebración se desató en las calles de Alcobendas. Los aficionados, que llenaron el pabellón, no pararon de festejar el que, para muchos, es el mayor logro del balonmano local en mucho tiempo. Aitor Retolaza, el alcalde de Alcobendas, también mostró su alegría, asegurando que el Ayuntamiento ayudará a que los seguidores del equipo puedan acompañar a su club en la Fase Final que se jugará en Irún.
Lo que ha hecho el Alcobendas Balonmano es una lección de trabajo en equipo y sacrificio. La calidad de su cantera, la que alimenta al primer equipo, se ha mostrado una vez más. Desde abajo, desde las categorías inferiores, donde se forjan los valores de este club, hasta llegar a la élite, todo ha sido un camino de esfuerzo continuo. Este equipo, además de la clase, tiene un alma de hierro. En este tipo de partidos, donde no todo sale como se quiere, la mentalidad ganadora es lo que marca la diferencia.
Alcobendas no solo ha logrado llegar a la Fase Final de la Copa del Rey, sino que también ha puesto de manifiesto lo que puede hacer un equipo cuando tiene la mentalidad adecuada, el apoyo incondicional de su gente, y sobre todo, un corazón de hierro. Alcobendas se enfrenta ahora a los grandes del balonmano español, pero esta victoria ya les da una confianza inmensa. Pase lo que pase, ya han escrito su nombre en la historia.
El equipo y la ciudad se han ganado el derecho de soñar. Alcobendas, que ya está en plena candidatura para ser Ciudad Europea del Deporte 2025, ha demostrado que no importa el tamaño del reto: con coraje, trabajo en equipo y pasión, cualquier sueño es posible. El Alcobendas Balonmano está listo para enfrentarse a los gigantes del deporte y, pase lo que pase, está claro que esta historia está solo comenzando.