Por fin hay movimiento… aunque no necesariamente de coches. El Ayuntamiento de Alcobendas ha comenzado esta semana la señalización de nuevas zonas de estacionamiento regulado (ORA) tanto en el centro de la ciudad como en el exclusivo barrio de La Moraleja, y los vecinos ya lo están notando.
La medida, que ha generado opiniones encontradas entre residentes y comerciantes, busca mejorar la movilidad urbana y optimizar el uso del espacio público en áreas que, hasta ahora, sufrían una elevada presión de aparcamiento, especialmente en horas punta.
¿Qué cambia exactamente?
El plan contempla la ampliación de las plazas reguladas de aparcamiento a lo largo de varias calles del casco urbano de Alcobendas y también en zonas clave de La Moraleja, una urbanización conocida tanto por su tranquilidad como por sus problemas de congestión en accesos y aparcamientos durante la jornada laboral.
Las nuevas plazas estarán debidamente señalizadas y operarán bajo el sistema habitual del SER (Servicio de Estacionamiento Regulado): limitación temporal para vehículos no residentes y tarifas escalonadas según duración y zona. En principio, el horario de funcionamiento será el mismo que el del resto de la ciudad: de lunes a viernes de 9:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00, y los sábados de 9:00 a 14:00, aunque el Ayuntamiento no descarta realizar ajustes según las necesidades específicas de cada barrio.
¿Por qué ahora?
Según fuentes municipales, el objetivo de la medida es claro: reducir el tráfico de agitación, ese ir y venir constante de coches buscando dónde aparcar. «Hemos detectado que en muchas zonas del centro, y últimamente también en La Moraleja, el estacionamiento libre se ha convertido en un cuello de botella para la circulación y la calidad de vida», explica un portavoz del consistorio.
Además, el Ayuntamiento insiste en que esta ampliación responde a una demanda creciente por parte de los propios vecinos y comerciantes, quienes llevan tiempo solicitando medidas que eviten el colapso en determinadas franjas horarias.
Vecinos: entre la resignación y la esperanza
Las reacciones entre los residentes no se han hecho esperar. Para algunos, como Julia Sanz, vecina del Paseo de la Chopera, la noticia llega como un alivio: «Llevo años diciendo que esto era necesario. Aquí no aparca ni el Tato, y al final somos los de siempre los que sufrimos», comenta.
Sin embargo, otros vecinos, especialmente en La Moraleja, muestran su descontento. «Pagamos IBI altísimo, y ahora también pagar por aparcar en nuestra calle… No me parece justo», dice Luis M., residente de la zona sur de la urbanización.
Desde el Ayuntamiento, recuerdan que los residentes empadronados podrán obtener tarjetas de estacionamiento con tarifas bonificadas, y en muchos casos, gratuitas. Además, se plantea incluir mejoras como nuevas plazas de carga y descarga, zonas de aparcamiento exprés para gestiones rápidas y más espacios para personas con movilidad reducida.
Comercios, ¿los grandes beneficiados?
Una de las incógnitas es cómo afectará la ampliación del ORA al pequeño comercio. En teoría, una rotación más ágil de vehículos debería permitir un mayor flujo de clientes. En la práctica, dependerá de cómo se gestione la implementación.
«No es solo poner líneas azules y ya está. Hace falta vigilancia, información clara y flexibilidad para ciertos casos», apunta Carmen Robles, presidenta de la asociación de comerciantes del centro.
Lo que viene ahora
La fase actual incluye la instalación de señales, parquímetros y comunicación con los residentes. En paralelo, se prevé una campaña informativa para explicar el funcionamiento del sistema, derechos de los usuarios y opciones de abono para vecinos y trabajadores.
Desde el consistorio aseguran que estarán «muy atentos a las primeras semanas de funcionamiento» para ajustar detalles y resolver incidencias. Lo que está claro es que Alcobendas y La Moraleja se mueven, y el aparcamiento también entra en la era de la regulación inteligente.