El Tribunal Supremo anula el proyecto urbanístico más ambicioso del municipio por un error en el estudio ambiental. El Ayuntamiento ya trabaja en un nuevo plan, pero los vecinos tendrán que esperar
Alcobendas se queda sin su gran expansión urbanística. El Tribunal Supremo ha tumbado definitivamente el plan de ‘Los Carriles’, un macroproyecto que prometía más de 8.600 viviendas —más de la mitad de ellas protegidas—, parques, colegios, centros de salud y miles de empleos.
Lo ha hecho porque, según los jueces, la evaluación ambiental del terreno fue insuficiente: no se tuvo en cuenta un viejo montículo artificial que forma parte del paisaje. Parece un detalle menor, pero ha sido clave para invalidar un plan aprobado en 2019 y que lleva años atascado entre despachos, alegaciones y promesas.
‘Los Carriles’ era una de las pocas esperanzas reales para muchas familias jóvenes que sueñan con quedarse a vivir en Alcobendas, pero no pueden permitirse los precios actuales. El plan ofrecía una oportunidad de acceder a vivienda protegida en una zona bien conectada y con futuro. Pero esa puerta, de momento, se cierra.
Desde el Ayuntamiento aseguran que ya están en marcha con una versión renovada del proyecto, que han rebautizado como ‘Valgrande’, y que corrige los errores del anterior. “Estamos trabajando para sacar adelante un plan más sólido y respetuoso con el entorno”, dijo el concejal de Urbanismo esta semana.
¿Qué ha pasado exactamente? El Supremo confirma lo que ya dijo el Tribunal Superior de Justicia de Madrid en 2022: que el estudio ambiental no estaba bien hecho. Y si ese paso no se cumple correctamente, el resto del proyecto cae como un castillo de naipes.
Mientras tanto, en la ciudad se mezcla la frustración con el alivio. Algunos vecinos y colectivos ecologistas celebran el fallo: temían que el proyecto supusiera una urbanización masiva sin control. Otros lo lamentan profundamente: «Es una faena. Llevamos años esperando una oportunidad así», dice Ana, una vecina de 34 años que lleva tiempo intentando acceder a una VPO.
La pelota vuelve a estar en el tejado del Ayuntamiento. Y aunque hay voluntad política de continuar, todo apunta a que los primeros ladrillos no empezarán a colocarse, como pronto, hasta dentro de dos años.
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