El accidente, ocurrido en una instalación deportiva de la calle de La Granja, ha reabierto el debate sobre la seguridad en los centros de escalada. La víctima permanece ingresada en estado grave en el Hospital La Paz
Lo que prometía ser una tarde más de entrenamiento vertical terminó en una escena de tensión, sirenas y preocupación. Un hombre de 42 años cayó desde una altura de entre seis y ocho metros en un conocido rocódromo de la zona empresarial de Alcobendas, sufriendo heridas de gravedad. El suceso ocurrió en torno a las 21:00 horas del jueves en una instalación ubicada en la calle de La Granja, 100, una zona que alberga varios espacios deportivos y centros de ocio.
Según han confirmado fuentes del SUMMA 112, el escalador presentaba un traumatismo craneoencefálico moderado, una fractura en el tobillo izquierdo y múltiples contusiones cuando fue atendido en el lugar por los sanitarios. Tras ser estabilizado, fue trasladado en estado potencialmente grave al Hospital Universitario La Paz, donde permanece ingresado bajo observación.
El incidente ha activado todos los protocolos de emergencia: Policía Local, Protección Civil y Guardia Civil se desplazaron hasta el lugar, y esta última ha abierto una investigación para esclarecer las causas del accidente. No se descartan posibles fallos técnicos, defectos en el equipamiento o un error humano.
Un patrón que preocupa
Este suceso se suma a una serie de accidentes similares registrados en los últimos meses en otros puntos de España. En abril, un joven de 25 años cayó desde siete metros en un rocódromo de Alcorcón; en junio de 2024, otro escalador de 30 años quedó en estado crítico tras precipitarse ocho metros en una instalación de Santiago.
La repetición de estos incidentes ha despertado inquietud en la comunidad deportiva y en los usuarios habituales de rocódromos indoor, cada vez más populares entre los aficionados a la escalada.
Seguridad: el otro pilar de la escalada
Aunque la escalada es una disciplina exigente y técnicamente desafiante, su práctica en instalaciones controladas no debería entrañar riesgos de esta magnitud si se cumplen las medidas de seguridad adecuadas. Los expertos insisten en que, además de la responsabilidad de las empresas gestoras, es vital que los propios escaladores revisen sus arneses, nudos y dispositivos antes de cada subida, incluso en entornos aparentemente seguros.
Desde algunas asociaciones deportivas se insta a reforzar los protocolos de inspección periódica de instalaciones, mejorar la formación del personal y aumentar la supervisión de los usuarios, especialmente en sesiones libres sin monitor.
Un deporte en auge que necesita prevención
La escalada vive un auge desde su inclusión en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, lo que ha disparado la apertura de nuevos rocódromos en toda España. Alcobendas no es la excepción, con varios centros de referencia que reciben cientos de usuarios cada semana. Sin embargo, como han demostrado los últimos accidentes, la popularidad del deporte debe ir acompañada de una cultura de seguridad más sólida y transversal.
La comunidad escaladora de Alcobendas ya se está movilizando en redes para mostrar su apoyo al herido y exigir medidas de prevención claras que eviten que un nuevo accidente empañe el que para muchos es más que un deporte: una pasión.
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