El proyecto regenerará más de 2,3 millones de metros cuadrados en el norte de la capital con criterios de sostenibilidad, innovación y participación ciudadana

Madrid se enfrenta al mayor reto urbanístico de su historia reciente. Y lo hace a lo grande: más de 2,3 millones de metros cuadrados serán transformados en una nueva ciudad dentro de la ciudad, un entorno pensado no solo para vivir, sino para convivir. Madrid Nuevo Norte es ya una realidad en movimiento, una operación urbanística sin precedentes en Europa que empieza a dar forma a un nuevo modelo de desarrollo: más verde, más inclusivo, más humano.

Un diseño que pone a las personas en el centro

Lejos de ser un proyecto meramente inmobiliario, Madrid Nuevo Norte nace con una idea clara: crear ciudad con alma. La delegada de Obras y Equipamientos del Ayuntamiento de Madrid, Paloma García Romero, lo explicó así: «No se trata solo de levantar edificios. Queremos generar espacios públicos de calidad donde se pueda vivir bien, pasear, compartir, crecer en comunidad.»

La propuesta incluye zonas verdes amplias, equipamientos modernos, transporte sostenible y una planificación peatonal. Todo diseñado con un enfoque integral: bienestar, conectividad y respeto por el entorno.

Participación ciudadana, una piedra angular del proyecto

Otro de los elementos clave es su vocación participativa. Desde hace meses, el Ayuntamiento ha abierto procesos para que los vecinos aporten su visión. Malmea, Tres Olivos o San Roque, barrios colindantes, ya han empezado a reunirse con técnicos y responsables del plan para debatir cómo quieren que sea el entorno en el que vivirán.

«Queremos que esto no se construya para los ciudadanos, sino con ellos», aseguran desde el equipo técnico del proyecto.

Sostenibilidad real, más allá del marketing

Madrid Nuevo Norte quiere ser también un laboratorio de sostenibilidad urbana. No es solo una etiqueta: ya ha sido declarado Área Demostradora de Acción Climática (DEMO 360), con el objetivo de convertirse en el mayor desarrollo urbano cero emisiones de Europa. Desde el uso de materiales sostenibles hasta la gestión del agua y la energía, el plan pretende ser un referente en transición ecológica.

Además, se están utilizando herramientas de urbanismo táctico, como parques temporales, peatonalizaciones experimentales o rediseños rápidos de espacio público, que permiten testear mejoras antes de convertirlas en definitivas.