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Orgullo con rostro humano en Alcobendas

Talleres, manifiesto, atención integral y una ciudad que apuesta por el cuidado

Esta semana, las calles de Alcobendas no solo se han llenado de color. También lo han hecho de palabras, de abrazos, de espacios seguros y de mensajes que no buscan solo celebrar, sino también proteger. En pleno centro de la ciudad, la bandera arcoíris ondea sobre la fachada del Ayuntamiento. A sus pies, un cartel reza: «Orgullo es también cuidarnos».

La programación del Orgullo LGTBIQ+ 2025 en el municipio ha estado marcada por un enfoque distinto: el del autocuidado y el bienestar emocional. Bajo esa premisa, el Centro de Arte Alcobendas ha acogido desde el lunes una serie de talleres y encuentros diseñados para abrir conversaciones difíciles y necesarias: autoestima, gestión emocional, redes de apoyo, identidad sexual y salud mental han sido algunos de los ejes.

«Queríamos que este Orgullo no fuese solo una fecha en el calendario, sino una herramienta transformadora. Un lugar donde las personas pudiesen sentirse escuchadas, contenidas, reforzadas», explica Inés Beltrán, psicóloga y coordinadora de uno de los talleres. «Aquí han venido adolescentes con dudas, padres que no sabían cómo acompañar a sus hijos, personas mayores que han salido del armario hace poco… Ha sido emocionante.»

Entre los asistentes, el ambiente ha sido de comunidad. De confianza. María, una joven de 24 años, contaba a la salida de una de las sesiones: «Nunca había hablado de mi bisexualidad en voz alta delante de otras personas. Hoy lo he hecho, y me he sentido bien. Muy bien.»

El manifiesto: una plaza para todos

El punto culminante de la semana llegó el viernes por la mañana. A las 11:30 h, la Plaza Mayor de Alcobendas comenzaba a llenarse de vecinos, colectivos y representantes institucionales. El ambiente era festivo, pero con un poso de seriedad. Un escenario pequeño, decorado con flores y banderas LGTBIQ+, servía de pódium para la lectura del manifiesto institucional.

La encargada de hacerlo fue Concha Villalón, concejala de Bienestar Social. En un discurso que alternó firmeza y emotividad, Villalón recordó que «aún hoy muchas personas viven el Orgullo en silencio, desde el miedo, desde la culpa. Por eso, cada gesto cuenta. Cada taller, cada palabra, cada abanico que repartimos con la bandera, importa».

El público aplaudió con fuerza. Entre los asistentes, activistas veteranos como Jesús Ayala, del colectivo Divers@s, valoraban el acto como «uno de los más sensibles y completos que ha tenido la ciudad en los últimos años».

Punto Arcoíris: más allá del simbolismo

Durante todo el viernes, el Punto Arcoíris instalado en la Plaza Mayor se convirtió en una especie de epicentro de información y apoyo. Allí, un equipo de técnicos municipales y voluntarios repartía material sobre derechos, recursos de asistencia, prevención de agresiones y salud sexual. Además, se ofrecía asesoramiento confidencial y derivaciones directas al Programa LGTBI municipal, que ofrece acompañamiento social, jurídico y psicológico durante todo el año.

«Nos está viniendo gente que nunca había pedido ayuda antes. Es importante que sepan que no están solos, que aquí hay profesionales preparados para escuchar sin juzgar», explicaba Samuel García, trabajador social del programa.

Se distribuyeron también kits de salud sexual, especialmente entre jóvenes. «No solo damos preservativos. Hablamos de consentimiento, de placer, de derechos. Es una conversación más amplia», añadía García.

 

Actividades para jóvenes: reivindicar jugando

El fin de semana está reservado para los más jóvenes. A partir del sábado por la tarde, la Casa de la Juventud acogerá un escape room temático inspirado en «El juego del calamar», pero adaptado a una narrativa de respeto, inclusión y cooperación. Está dirigido a chicos y chicas de entre 14 y 35 años y ha sido diseñado en colaboración con educadores.

«Queremos que se diviertan, pero también que reflexionen», cuenta Laura Ortiz, dinamizadora juvenil. «Hemos creado pruebas que desafían estereotipos, fomentan la empatia y hacen visible la diversidad.»

Un compromiso que se extiende

El Ayuntamiento ha recordado que el Programa LGTBIQ+ de Alcobendas funciona todo el año, y no sólo en junio. La celebración del Orgullo es, para muchos, el momento más visible, pero el trabajo de fondo continúa: asesoramiento legal para casos de discriminación, atención psicológica, acompañamiento familiar, talleres en institutos y acciones de sensibilización.

«El compromiso es permanente. No queremos un Orgullo de escaparate. Queremos un municipio donde cada persona pueda ser quien es sin miedo, cada día del año», concluyó la concejala Villalón.

En un tiempo donde muchas ciudades aún debaten sobre la presencia o no de la bandera arcoíris, Alcobendas da un paso más. La iza, la celebra, pero también la sostiene con hechos. Y ese, quizá, es el gesto más valiente de todos.

 

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